Universo cómico
(Artículo publicado el domingo, 22 de febrero, en diarios de EPI PRESS)
Que la señora Mariló Montero diga en directo, con ese
flequillo tapándole la frente que la hace tan lela, que oler limones puede
prevenir el cáncer, puede resultar gracioso. Deja de serlo cuando la señora
Montero, con su flequillo lacio tapándole la frente para acusar aún más su
cortedad, lo dice en serio, y lo dice en la tele pública, y nadie en la tele
pública le corta ese flequillo que le tapa la frente para que no parezca la
tonta del pueblo. Cuando una señora como Mariló Montero, con flequillo o sin
él, dice en la televisión pública que oler limones puede prevenir el cáncer, lo
dice en serio, y la dejan que siga ahí, Mariló Montero está al servicio de la
línea marcada, del derrumbe, del desprestigio. Cuando en el mismo programa se
da crédito a Pilar León, una
empresaria de las yerbas, para vender los milagros de la homeopatía y de paso
hacer caja, ni siquiera resulta simpático. Es lamentable. Copio, sin quitar una
coma, de la web de La mañana de La 1.
“El 40% de los españoles medicados toma mal su medicación. Es frecuente que se
olvide tomar su pastilla o que los tratamientos se interrumpan antes de tiempo.
Esto es un error, una imprudencia. Hablaremos –en el programa- de remedios
naturales que sustituyan la medicación y algunos trucos que nos ayuden a llevar
el control –de la toma de pastillas-”. Ha leído bien. ¿Remedios naturales que
sustituyan la medicación? ¿Esto es una broma? No, no lo es. De hecho, la
Organización Médica Colegial, OMC, ha estallado y ha escrito una carta al
Defensor del Espectador pidiendo explicaciones, rogando que no se frivolice con
asuntos tan serios y menos en la tele pública. Pero la del flequillo que le
tapa la frente y la hace tan lerda tiene su teoría. Es que, dice, todo lo que
digo se magnifica, todo se malinterpreta, soy consciente de que las cosas que
digo tienen repercusión. Ella es la Alexis
Tsipras de la fatuidad.
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Es inaceptable que esta pájara, en la televisión pública, con ese flequillo tapándole la frente que la hace tan lerda, diga que oler limones previene el cáncer. TVE ha puesto los puntos sobre las íes. Ni tocarla, coño, que te pego, leche. |
El vidente del culo
pasa como le
pasa a Isabel Pantoja y al cerdo,
que de ellos todo interesa. Me enteré la otra mañana de que la madre de Paquirrín está enamorada. Bueno,
encoñada. Bueno, que tiene algo con un masajista de la cárcel. En realidad, que
se deja querer por este maduro maromo que da paseítos con ella, se suponer que
por los largos, inhóspitos, y hostiles pasillos del trullo. Los detalles los desgrana
un tal Jose, apostado a la puerta de
la cárcel de Alcalá de Guadaira, que al final desvela que la impresión que le
da a él es que el masajista, que antes tuvo rollos con otras internas, quiere
notoriedad, y liándose con la tonadillera seguro que pilla cacho. Veo la escena,
entre risas, sabiendo todos que lo contado puede no ser verdad ni tiene por qué
serlo, en Antena 3, en Espejo público.
Susana Griso está despachando los
últimos minutos de programa, y creo que tiene una pata en el estudio y la otra
en el fin de semana, así que tampoco hay que tomarse las cosas muy en serio. Y
si es algo de la Pantoja, todavía más. Cualquiera con tres dedos de frente se
toma estas cosas como lo que son, un divertimento, gotas de humor en una mañana
complicada de televisión. Podía haber redondeado el cachondeo invitando al
plató, para ver si la historia de amor tiene futuro, a Ulf Buck, el vidente alemán que te habla del porvenir leyéndotelo
en el culo. Como suena. Te bajas el pantalón, y el tipo, en cuclillas, a la
altura del ojete, descifra tu futuro. ¿Qué haría la del flequillo que le tapa
la frente y la hace tan cortita? Pues invitar a Ulf Buck, sentarlo en la mesa
de Saber vivir, llamar a alguien del
plató, decirle que se baje el pantalón, colocar al vidente a la altura del
ojete, y asegurar que es una nueva técnica científica que detecta, en las
estrías de la piel del culo, si te falta hierro, te sobra colesterol, o tienes
células cancerígenas. Mariló Montero es al periodismo médico científico lo que
los flipados de ¿Quién quiere casarse con
mi hijo? son al amor, una burla, una provocación, un agravio.
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Es intolerable que TVE no haya contratado, ya, como colaborador especial de La Mañana de La 1, a este adivinador, Ulf Buck, que lee el futuro leyendo el culo. ¿Se imaginan? ¿Ganará Rajoy? A ver ese culo, señor presidente. Y así hasta el descojone de ver a la propia Mariló con las bragas por los pies para echar unas risas. Que lo contraten, coño. |
Chunguita
Esos
chiquilicuatres con los que Cuatro hace caja forman un universo cómico
regulado, controlado por férreos guiones. Ofertan un espectáculo con sus
propios códigos, tanto para el participante, que sabe a qué atenerse, qué se
espera de él, y qué tiene que ofrecer ya que lo escogieron por su peculiaridad,
como para la audiencia, que ha de responder a ese estímulo. Escogieron a Rafa por ser millonario con 22 años. A Sandro por ser gay –que no falte la
cuota, que cuatro locas soltando plumas dan mucho juego, copón, y si eres muy,
pero que muy de Aznar, bingo, ya
sólo falta que le ponga velitas para que vuelva y salve a este país en manos de
maricomplejines como Rajoy-. A Markus por ser modelo aunque su nombre
es Daniel creyendo que así tiene más
futuro, y por decir que su mujer ideal es un putón que sea muy familiar y que
se lave mucho. O a Diego por su amor
a las películas de serie B o por la copla, o por la música hortera de los
70/80, o por su colección de estampitas de vírgenes. En el lote de la
selección, del duro casting, van las madres, piezas fundamentales de esta
parada de los monstruos. Con todos ellos trasiega Luján Argüelles, que a pesar de los pesares se salva por su ironía,
por sus comentarios, sus pullitas, y por su distancia en las situaciones. Forma
parte de esa propuesta, de ese universo que a mí me da grima y a mucha gente le
divierte, pero hay que reconocer que no llega al ridículo de tomarse en serio
como hacen la mentada Mariló Montero o Mercedes
Milá, que a pesar de manejar mierda a espuertas tratan de salvarse
enmascarando su pestoso trabajo con gestos y soflamas de una gravedad patética.
Cuando los códigos están claros, no hay trampa. La mañana de La 1 no es un programa de humor, pero la señora del
flequillo lacio que le tapa la frente como una lerda hace de la tele pública un
hazmerreír insoportable. En el magacín de la pública yo no quiero a una señora
que dice que oler limones previene el cáncer porque esa señora está haciendo
méritos para formar parte de los chiquilicuatres de Luján Argüelles como
estulta presentadora, necia como una chunguita más.
La guinda
Extraña pareja
Lo que me
faltaba. Santiago Segura y Alaska juntos, en La 1, haciendo un
programa de madrugada. Es el Torres y
Reyes o el Alaska y Coronas que
emitía La 2 con éxito y buen hacer. Recordemos que detrás sigue estando Santiago Tabernero, realizador que
jamás se conforma con lo obvio. Pero ni aún así. Alaska la sobrellevo cuando no
está con su fardo marital. Pero el amigo Torrente me supera. ¿La cita? El
lunes. Veremos.