Ana
Ma-to, fuera
(Artículo publicado el jueves, 9 de octubre, en diarios de EPI PRESS)
Qué terrible que
la ministra Ana Mato –y qué putada
de apellido para hablar de según qué cosas- siga donde está. Es un peligro, sin
paliativos. La vi en la rueda de prensa que dio la tarde del lunes, cuando se
supo que una auxiliar de enfermería del hospital donde fue tratado uno de los
religiosos muertos por ébola tenía el virus en su cuerpo. Palabras mayores.
Esta señora, ministra de otro fantasma como Mariano Rajoy, que a estas alturas aún no la ha mandado a atender
labores de su hogar, no ha dicho me voy, y nadie entiende por qué. Porque
viéndola demudada, sin saber qué responder, esta señora da más miedo que
tranquilidad. Hablamos de un problema gravísimo de salud pública. Y la
ministra, a todos los efectos, es la responsable. Y da miedo. Mucho.
Semejante inepta
está desaparecida, pero no dimitida. El espectáculo de la mentada rueda de
prensa es uno de los más intranquilizadores de los últimos años. La señora
apareció protegida por unas seis personas, como sabiendo que ella no pintaba nada.
De hecho fue Carmen Vinuesa,
directora general de Salud, la que cogió las riendas del encuentro con los
periodistas. Ana Mato miraba desencajada con los ojos abiertos, pidiendo
socorro a sus colegas, nerviosa, deseando que acabara cuanto antes aquel amargo
cáliz. ¿Tranquilidad a los ciudadanos? Imposible viendo a alguien así y
recordando sus palabras de hace apenas un par de meses, cuando decía que el
contagio era imposible, que si los protocolos, que si bla, bla, bla. Si el
Gobierno quiere que nos tranquilicemos, que dimita a esta incompetente.
Ana Mato, desencaja y fuera de lugar, exhibe al país, en directo, su incapacidad, su ineptitud como ministra de Sanidad, una cartera enorme que no encaja con su incompetencia. En vez de tranquilizar, esta señora da mucho miedo. |
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