viernes, 6 de diciembre de 2013

Msaldeojos. Fernando Argenta



Fernando Argenta
(Artículo publicado el jueves, 5 de diciembre, en diarios Editorial Prensa Ibérica)

     Hubo un tiempo en que no sabía quién era. Pero recuerdo que lo escuchaba en una radio pequeña en los cerros, detrás de mi casa. Escuchar a Mozart o a Bach en las tardes de la reciente primavera era uno de los regalos que me hacía retirándome hasta ese mundo que parecía hecho a mi medida con un nombre que se hizo familiar, Clásicos populares, de Radio Nacional de España. Tampoco sabía que el hombre que hablaba de Vivaldi o de Puccini contando anécdotas de su vida y entrando en intimidades para humanizar sus cerebros geniales, dirigió Radio 1 y se llamaba Fernando Argenta. Luego le perdí la pista. Hasta que un día, en La 2, cuando ya se publicaba esta columna, me encontré con El conciertazo, que tanto, y tan bien, me recordaba a Clásicos populares

      De repente recuperé aquellas tardes de juventud, le puse cara a su voz, y conocí otra voz que me fascinaba, la de Araceli González Campa, que también saltó a la pantalla. El conciertazo fue una apuesta firme, divertida, de país civilizado, de televisión pública, por la música clásica como auténtico disfrute convertido en espectáculo sin el envarado corsé de una mal entendida, por exclusiva, oferta cultural para gustos exquisitos. Hice un Maldeojos apasionado, y Fernando Argenta, humilde, me escribió dándome las gracias no por su trabajo, decía, sino por lo que suponía de apoyo a su tarea divulgadora y de educación musical. Fernando murió el martes. Permítanme una cursilada, pero seguro que algún genio le habrá escrito ya, con pompa y circunstancia, un conciertillo de bienvenida al reino de los buenos. 

El gran Fernando Argenta en un momento del mítico El conciertazo de La 2, hijo visual del mítico Clásicos populares de RNE. Seguro que en el cielo de los buenos están ultimando los retoques para el concierto de bienvenida, concierto con un cartel de lujo, Mozart, Bethoven, Verdi, Bach, Teleman, en fin...

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