No, no y no
(Artículo publicado el jueves, 16 de agosto, en diarios del grupo EPI PRESS)
Veo a Jota Abril entregadísimo en una
tertulia de por La mañana, en La 1,
hablando de los residuos tóxicos de Lazos
de sangre, ese programa inverosímil y absurdo que emite los jueves y que
no, y no, y mucho no, debería de emitir la tele pública. La presentadora
oficial del programa en verano, Silvia
Jato, también participa con mohines, apuntes y, siempre, siempre, sentada
como una señora que domina esos quehaceres del sentarse con las patas cruzadas
y echadas en paralelo a un lado, postura tortura sólo comparable a la banalidad
insoportable de este tipo de espacios que emite la tele pública y que no, y no,
debería de emitir. Lo de Lazos de sangre
clama al cielo. Los Sánchez Vicario –hoy-, los Pantojos, los Rivera, los Jesulines,
los Flores, o los Mohedano y el rollo de la más grande, en fin, un Corazón, corazón sin fin, como si con
las ridículas entregas ante el plasma de la estupenda Anne Igartiburu no fuesen suficientes.
Pues parece que
no, parece que no es suficiente. Porque terminado Lazos de sangre, con momentos hilarantes como el de Ortega Cano diciendo que a veces habla
con Rocío Jurado y que le pide que
le eche una manita cuando la cosa va mal, momento álgido como su famoso
“estamos tan a gustito”, irrumpe en tromba “directas y en directo”, apunta con
verbo ingenioso el narrador de la pública, otra tertulia exhaustiva, la de Amigas y conocidas para que no haya
resquicio sin hollar, matiz que escape, punto de vista sin analizar sobre estas
sagas que se colaron por las puertas y ventanas de TVE y ahí siguen, como
garrapatas. Presentada también por Inés
Ballester, el aquelarre en torno a esta gente es de un hastío que ni el
estío hace tragable.
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