Marisa Porcel
(Artículo publicado el jueves 23 de agosto, en diarios del grupo EPI PRESS)
Se fue. Se fue
la semana pasada a los 74 años. Moría la actriz Marisa Porcel, y se puede
decir que se fue joven porque hoy 74 años, salvo posibles achaques, es una edad
desde la que aún se ve lejana la vejez. Entre las anécdotas de su muerte, o
mejor, de después de su muerte, se ha sabido que Marisa Porcel deja una
herencia a su hija muy, pero que muy envenenada. Si la quiere, ya sea en bienes
muebles, inmuebles, o en efectivo si lo hubiere en bancos, tendría que hacer
frente a una deuda con Hacienda que roza el millón y medio de euros. No es
broma semejante cantidad. Pero recordemos ahora a la actriz por su trabajo. Lo
primero que te llega a la cabeza es su fabuloso paso por Noche de fiesta, donde se alojaba una sección que más tarde fue
creciendo, saltando de cadena, y haciendo a Marisa y a Pepe Ruiz como una de las parejas más cutres de la televisión.
Habían nacido
“las matrimoniadas” de don José Luis
Moreno, que borda ese mundo que da grima, añejo, traspasado, de pulso
grueso, tosco y vulgar, un humor pensado para barracas de escupitajo y serrín.
Marisa Porcel ha hecho muchos trabajos en diferentes ficciones, pero siempre
será recordada como la Pepa de Escenas de
matrimonio, serie en la que se convirtió la idea que nacía en TVE y que
emitió para gloria de lo chabacano Telecinco. Recuerdo mi repugnancia en cuanto
aparecían los personajes de la serie que trataba de reflejar desde la
caricatura al matrimonio español. A Pepa y Avelino se les iba la olla porque a
los guionistas de aquel disparatado engendro se les iba primero. No, no
soportaba Escenas de matrimonio. Eso
sí, siempre vi a una gran actriz defendiendo aquel bárbaro trabajo.
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