Bufones franquistas
(Artículo publicado el martes, 14 de agosto, en diarios del grupo EPI PRESS)
No tenía ni
idea, y vivía sin problema, de que existía una cosa llamada Movimiento por
España, un partido político o asociación o club, quizá de alterne para
cascársela con los efluvios del pasado, que tiene hasta una líder, una
comadrona, una jefa de parto, quizá la única miembra de esa cosa, y por
supuesto no tenía ni idea de que había una señora que se llamara María Severiano y que fuera la
mentada cabeza nacional del Movimiento ese dedicado a loar las gracias del
pequeño dictador –apenas un metro y pico de mala leche- Francisco Franco y a la España que sometió su sicópata cabecita.
También les digo enseguida que en cuanto acabe de escribir estas líneas me
olvidaré del club de alterne, del partido, o del movimiento citado, y por
supuesto de María Severiano. El rollo este tiene que ver con el resurgir de una
serie de personajes que hasta ahora anidaban en las cloacas de la sociedad,
patéticos de añoranza, y que la exhumación de los huesos del criminal del Valle
de los Caídos ha sacado de las catacumbas.
La dama fue
invitada por el lánguido Ya es mediodía,
que defiende con poco premio en Telecinco Sonsoles
Ónega. Apareció sujetando una virgen de yeso en las manos –que no falte el
sentido del espectáculo- y Sonsoles quiso saber la razón. Coño, vino a decir la
buena señora, pareces tonta, niña, ¿o es que no ves que el pecado está
corrompiendo la juventud y a los homosexuales se les dice que es normal que lo
sean, y hasta la guardia civil, que ha de protegernos, deja entrar a toda la
chusma –ahora se refiere a los inmigrantes-? Yo creo que a estos pintorescos
especímenes, como los que anidan en la Fundación Franco, se les llama en
calidad de bufones. Para reírse de ellos, vamos.
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