jueves, 30 de agosto de 2018

Maldeojos. La nostalgia


La nostalgia
(Artículo publicado el domingo, 26 de agosto, en diarios del grupo EPI PRESS)

     En televisión, la nostalgia es un valor. Un añadido fundamental para que un formato lo pete, o al menos se mantenga y sea seguido con cierto interés. La nostalgia es el motor que mueve a la audiencia de Cachitos de hierro y plomo, ese rincón de buena música, de excelentes solistas o grupos, o de pésimos artistas que supieron hacer de sus porquerías grandes éxitos, y que anida en La 2, y sobre todo que triunfa en las noches de fin de año de los últimos años, co espectadores atentos no sólo al apartado musical sino a unas épocas que tenían sus modas en el vestir, en el peinar, en el hablar, y por supuesto una audiencia atenta a las memorables frases que presentan con vehemente ironía el tiempo pasado y recordado en Cachitos. Ya digo, la nostalgia vende en televisión, incluso en la ficción, ahí está Cuéntame, La 1, o Amar es para siempre, Antena 3, que está grabando ya su sétima temporada, con la incorporación de María Castro o David Castillo.

     Sobre la línea nostálgica se sustenta y tiene su razón de ser Viaje al centro de la tele, que le está dando a TVE muy buenos resultados de audiencia, y eso que la voz del narrador es el, para mí, insufrible Santiago Segura –ya saben, cuando algo se te mete entre los dientes no siempre hay palillo que logre expulsarlo-. Pero enseguida aclaro que el programa, con el mismo espíritu que Cachitos, del que mama y ha aprendido, se ve con mucho gusto. Y también hay que reconocer que los guiones están escritos como hay que escribirlos, con chispa, con humor, tirando de ironía, haciendo comparaciones con la música y los estilos de hoy. Por cierto, viendo lo que guarda el inabarcable archivo de TVE te sigues sorprendiendo de las joyas que atesora, cachitos de excelente nostalgia.


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