Sublime
(Artículo publicado el martes, 4 de julio, en diarios de EPI PRESS)
Engancha. Es tan
alucinante, tan increíble, tan asombroso y sorprendente, tan refinado en su
burricie, tan avaro en su mal gusto y en su puesta en escena, que te paraliza
lo que ves y acabas levitando y con los ojos como platos, rendido al talento diabólico
de quien está detrás de una cosa que se emite por internet, llega de EEUU, y
protagoniza, como lo leen, la española, la cuentacuentos, la fantástica, Sonia Monroy. Inenarrable. La cosa se
llama, atención, El hogar es donde está la
casa. Han leído bien. Repitamos. El
hogar es donde está la casa. Con un par. Desde el inspiradísimo nombre de
la telenovela, el asunto promete. El asunto no se queda ahí. Esta astracanada
llegó lejos –les pido que la busquen por internet, me lo agradecerán-. Ha hecho
historia. Es la primera telenovela, firmada por Super Deluxe y emitida en
internet, que se hace en directo, como suena, con la idea de que la audiencia
vote a la velocidad de la luz y decida si el muerto lo está de verdad o por la
puerta que ha de abrirse entrará la sirvienta o el abogado de la familia.
Es decir, los
actores representan la escena que toque, pero de repente, como la bocina de las
tómbolas, se oye un silbato, se detienen los gestos, la pantalla se va a negro
para enfatizar el parón, y cuando el público ha votado sigue la trama por el
rumbo que marcó la audiencia. Ya digo, muy loco todo. Tanto, que hasta Los
Ángeles Time dedica un cachito de sus páginas a alucinación tan exquisita por
lo bruta y ruda. Ni que comentar hay, que el resultado –iluminación,
actuaciones, encuadres, guión y ese tipo de tonterías de las ficciones
elaboradas, aquí es un hazmerreir, una broma-. Por muy inspirado que uno esté
comentando esta maravillosa chifladura, lo sublime no puede explicarse.
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