La
bebida
(Artículo publicado el jueves, 22 de mayo, en diarios de EPI PRESS)
En Amar es para siempre ha muerto Filo,
reventada por una explosión de gas, que en realidad tendría que haber matado a
Diego, para quien ella era algo más que un ama de llaves. Era como su madre, la
hermana mayor que nunca tuvo el personaje de Alfonso Vassave. Con esa muerte se da un paso más hacia la
resolución feliz de los amores entre el mentado y la otra protagonista, Ángela Cremonte, como Valeria Prado. Sé
que esto le sonará a chino a quien no siga la serie. Pero quien sí la sigue
sabe que, por los pelos, ese drama no se ha celebrado como todo lo que ocurre
en Amar, es decir, empinando el codo.
El alcohol es otro personaje de la ficción de Diagonal para Antena 3, y eso que
la cadena emitió una campaña contra su consumo exagerado. Viendo la serie
concluyes que no hay otro programa, revista, tertulia, película o serie, donde
más se beba.
No sólo se bebe
aguardiente, coñac, cerveza o lingotazo de tintorro en el Asturiano o en el
Ateneo, no, cada casa, por humilde que sea, tiene su mueble bar, aquel
artefacto que al abrirse en un fulgor de espejos multiplicaba las botellas de
licor en la década del 70 o por ahí, hoy una reliquia kitsch que sólo se ve en
series de la época. Menos a Manolita, que con el preñado no está para trotes,
al resto se les ha visto dándole al trinque. En la serie nadie se relaciona sin
más, hay que tomarse una copa, y a cualquier hora, de la mañana, tarde o la
noche. Lo digo en serio, si los copazos fueran reales, Antonio Garrido, el perverso Augusto Lloveras, tendría número para
Alcohólicos Anónimos. Otra cosa, hay días que son los guionistas los que parece
que le dan a la bebida.
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