Manotazo real
(Artículo publicado el jueves, 5 de abril, en diarios del grupo EPI PRESS)
El vídeo del
manotazo principesco a la real abuela en la puerta de la catedral de Palma, una
joya de arquitectura imponente, bella, emocionante, como una nave varada a
pocos metros del mar, no sólo viaja por medio mundo sino que ya empezó el
debate más profundo. ¿Nos merecemos esto? El mago Cristóbal Ricardo Montoro sacó el otro día las zanahorias de su
chistera y regaló a la Familia Real un aumento para sus gastillos, que ya
alcanza los 8 millones. La escena a la salida de la misa de Pascua con el
cogollo real unido por la tradición de su fe es propia de un programa chabacano
de convivencia. La Familia Real española da pábulo a un zafio Gran Hermano cuando la princesa de
Asturias, Leonor de Borbón Ortiz, retira
de su hombro con malos modos la mano de su abuela, que por mucha reina emérita
que sea doña Sofía no deja de ser
abuela. Y como dice cualquiera con dos dedos de frente, y dice el primer
artículo de cualquier Carta Magna que se precie, una abuela es una abuela, a
una abuela no se le rechista, donde hay una abuela que se quite lo demás, viva
mi abuela, coño. Las abuelas siempre llevan razón. Punto.
Pero entre la
nena y la abuela, y el posado privado que, según Albert Castillón, Espejo
público, Antena 3, había pactado la abuela con el fotógrafo de la Casa Real
para tener una foto con sus nietas, se interpuso la insolente, sí, insolente,
soberbia y maleducada mamá de las
criaturas, la reina Letizia. La cara
del rey Felipe, cuando se da cuenta
de la movida ante público y fotógrafos, es de perplejidad y te vas a enterar
cuando lleguemos a casa, bonita. La cara del rey emérito Juan Carlos, a pesar de su precario equilibrio apoyado en su
bastón, era la de quien arde por dentro diciéndose esto no está pasando, esto
no puede ser cierto. Dicen que la plebeya cuida mucho la exposición pública de
sus hijas, lógico, pero detrás de este rifirrafe ante las cámaras queda claro
que algo no va bien, y que si el piloto de esta serie, de apenas 10 segundos,
ha enganchado a pro y contras, es urgente que la Casa Real se ponga en marcha y
brinde, gratis, la evolución de los hechos. La serie, según las dimensiones que
ha tomado la emisión del capítulo señalado, no es del género rosa sino
político. A ver en qué queda esto.
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