Luis y sus poesías
(Artículo publicado el jueves, 29 de marzo en diarios del grupo EPI PRESS)
Lo vi una noche
y me pareció que andaba de promoción o algo así porque no atinaba a dar con la
tecla del porqué un tipo como Luis del
Olmo andaba en tratos con un tipo como Javier
Cárdenas en un programa como Hora
punta. Pero dios, lo volví a ver el otro día, y se me erizaron los pelos
del mosqueo. Y ahí sigo, perplejo y medio lelo. Me veo al famoso locutor, hoy
retirado –cumplió 81 años ese día, y el programa le hizo apagar a soplidos 81
velitas-, de pie, junto a un atril, declamando una poesía. Declamar una poesía
me parece lo más antipoético que hay en el mundo de la poesía, pero todavía hay
quien cree que escuchar esas declamaciones con el corazón arrobado es el colmo
del sensible. Para mí, a un paso del cursi, y de lo cursi. “Protagonistas, la
poesía”, es el nombre de la sección a la que Cárdenas somete a Del Olmo, que se
deja hacer.
Este Javier
Cárdenas del demonio no deja títere con cabeza. Embaucó a José María Íñigo para que lo acompañara algunas noches en su mesa
-¿o son todas las noches?- haciéndole comentar tontadas, seudociencias, sucesos
horripilantes, un grande de la tele al servicio de un programa idiota en manos
de un ególatra desmedido, y ahora trinca a otro grande de la radio, que se deja
trincar, para liarlo con una sección que duele mucho a quien no es un gran
lector de poesía en la actualidad pero sabe que esos juegos florales están a
millas de la sensibilidad poética. Además, qué puñeta, Luis del Olmo será un
extraordinario profesional de la radio, pero hay que decirlo, un mal, malísimo
lector, o mejor, declamador, de poesía. Se aturulla, no la dice bien, no
emociona. Pero a Javier Cárdenas qué le importa. Le importa la pieza cazada, y
Del Olmo cayó en su trampa.
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