viernes, 29 de diciembre de 2017

Maldeojos. MasterChef y Cataluña



MasterChef y Cataluña
(Artículo publicado el sábado, 23 de diciembre, en diarios del grupo ELI PRESS)

     Llámenme radical, exagerado, incluso antiespañol o anticatalán, pero igual que no dejaría a un hijo mío solo ante la tele un día de elecciones, aunque fuesen las de Cataluña, tampoco lo dejaría presentarse a Mastercheff porque, porque no. Un niño solo ante la tele cuando la pantalla se llena de gente que va al colegio a ejercer su derecho al voto es un nene que se prepara para recibir los primeros rudimentos democráticos del futuro ciudadano, pero ojo, si lo dejamos solo con el mando en la mano tal vez, porque el demonio no para, la criatura se harte y, oh, válgame el cielo, acabe en una pantalla donde una grafóloga analiza la letra de María Lapiedra, una estrella del porno creo que en retirada para ver si cuando le dice al periodista Gustavo González, órbita Sálvame, que quiere casarse con él, es verdad o finge como en sus polvos de ficción. 

     Pues eso, si no dejo a un nene solo ante la tele, tampoco lo presentaría para ser cocinerito en Masterchef. ¿Vieron el estreno de la quinta temporada en La 1? Papás, mamás, no hay ninguna razón, ninguna, de verdad, para que vuestro hijito se ponga a llorar como un descosido porque no ha pasado la selección y el estricto jurado no sólo no le ha dado el delantal acreditativo sino que le ha dado una patada en su tierno culito y lo ha mandado a casa. ¿Vieron cómo lloraban los nenes no admitidos? Un hijo mío, llámenme antisistema, tiquismiquis, malafollá, o tío raro, no sirve como mono de feria y espectáculo mientras pueda. Así de claro. Imagínense lo que pienso de lo que queda de Masterchef junior. Por cierto, en Cataluña ganó La Sexta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario