El enemigo
(Artículo publicado el martes, 12 de diciembre, en diarios de EPI PRESS)
Me entero de que
Raphael ha tenido que suspender un
concierto en no recuerdo dónde por problemas de salud. Lo que no se puede
suspender, aunque el artista no mejore, que seguro que ha mejorado, es el
castigo que ya se barrunta a lo lejos porque ya vemos que la pantalla lleva
días llena hasta los topes de juguetes, lociones para el caballero y perfumes
para la señora. Con la Entrañable, el de Linares llega con su cargamento de
melosas melodías a La 1. Las fechas de la Entrañable son un pastelazo que hasta
ahora nadie ha podido evitar. Con el especial de Navidad de don Rafael Martos el comedor de la casa que
lo acoja –yo no estaré en esa lista- se llenará de compromisos económicos de
las compañías de discos, no de buena música, no tengo duda. Además de
entrañables, las fechas que nos acometen son Señaladas, es decir, fechas Tan
Señaladas.
Como viene
siendo habitual, y así estaba escrito en la historia estúpida de una pública
carente de imaginación, este año tocaba especial de Raphael porque el pasado,
creo no recordar mal, tocó especial Miguel
Bosé, las dos patas del mismo banco que se alternan como se alterna el PP y
el PSOE en la gobernanza del país. Lo de Raphael en Navidad es como el turrón,
es como de la familia, es como los malditos, absurdos, y delirantes
villancicos, dicen los cursis. Escucho El tamborilero y me tiemblan las patas.
Me gusta más la loca del anuncio que dice que está harta de pelar langostinos y
abrir mejillones, y por eso compra latas de conserva, que volver a escuchar el
ropopompón. Qué pesadilla. Seguro que Eladio
Jareño, director de TVE, es un sádico redomado que se regodea con nuestro
sufrimiento. Gila, sin más, lo
llamaría en esta guerra, cómo no, el enemigo.
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