Bombazo
(Artículo publicado el jueves, 20 de abril, en diarios de EPI PRESS)
Cada día me
resulta más insoportable. Más histérico y más histriónico. La noticia no es la
noticia. La noticia parece ser él dando la noticia. Hablo de Antonio García Ferreras. Si verlo es un
poco pesado, una vez que te has reído con sus gestos, sobre todo a raíz de las
parodias que tan bien lo retratan, escucharlo resulta así mismo cargante. Su
punto de vista está por encima de lo que puedan opinar sus contertulios. No me
vale decir que se dice todo esto para, desprestigiando al periodista, desprestigiar
la noticia. No va por ahí esta columna. Al contrario. Reconozco en Ferreras su
apasionada relación con el periodismo, su entrega, su olfato y talento, su
permanente apuesta por la actualidad, y haciéndolo tirándose a la piscina haya
o no agua. Lo de ayer retrata una cosa y la otra. Fue el primer medio que se
lanzó al bochorno de otra rana detenida de las muchas que va acumulando Esperanza Aguirre.
La Sexta, y Al rojo vivo, recogieron en exclusiva la
detención del expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, dándole, otra vez, una lección a TVE, que a la misma temprana hora de la mañana
miraba para otro lado sin inmutarse. Si La 1 hacía el ridículo, dejando claro
que de nuevo trataba de proteger al PP, el Canal 24H, - Álvaro Zancajo, nuevo director, prometió hacer de él un referente
de las “noticias de última hora”- emitía el mismo programa, Los desayunos. O sea, ridículo sobre
ridículo. Sin embargo, vuelvo a Ferreras. Carga muchísimo verlo y escucharlo
hablar cada dos minutos de bombazo, bomba informativa, repetir una y otra vez
las mismas imágenes, estilo Sálvame,
y decir la hora como muletilla de viejo locutor. Me puede.
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