Observados
(Artículo publicado el martes, 11 de octubre, en diarios de EPI PRESS)
No te comas los
mocos, Ánder, que te veo. Eso se lo dice a un crío una niña de los 10 nenes
que, de aquí y de allí, del norte y del sur del país, se han juntado en una
especie de experimento para televisión llamado La vida secreta de los niños, un formato que se ha ido testando con
éxito en diferentes televisiones del mundo. Aquí lo emite la noche del domingo,
a las 9’30, la tele de Movistar, 0#. Son niños de 4 y 5 años. A través del
juego, es decir, en un ambiente provocado de diversión y relax, y rodeados de cámaras
al estilo Gran Hermano, los niños
reaccionan ante situaciones que, desde una habitación apartada, analizan Ileana Enesco, catedrática de sicología
evolutiva, y Raúl Bermejo, maestro
de educación infantil, experto en el desarrollo creativo de los niños. Estos
dos expertos no intervienen, sólo observan e interpretan.
Las situaciones
provocadas, se dice que testadas de forma científica, harán aflorar en los
pequeños aspectos de unas mentes a las que los adultos no tenemos acceso. El
domingo, en la entrega que vi, se quiso ver cómo reaccionan los críos a la
tentación –en un aula de juego, sobre la mesa, se dejó una tarta de chocolate-,
al liderazgo, al lento pero evidente mundo de las convenciones, a la creación
de amistades y afinidades, incluso, de forma natural, al uso de un lenguaje
cargado de contenidos picantes –pilila, pito, culo-. Desde casa, viendo a los
pequeños, sentía una ternura infinita, y en efecto, dan ganas de reír y llorar
porque son capaces de una imaginación que no conoce los límites, y aunque aquí
sí se trate de un “experimento sociológico”, como decía Mercedes Milá sobre su tóxico y deleznable programa, no dejan de
ser niños convertidos en pasto de entretenimiento.
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