Creo que es la primera vez que bajo a la feria desde que volví al pueblo. Mientras los más jovencillos, como potros, se daban castañazos en los coches de choque, y las mujeres desfilaban con sus trajes de gitana ante el regocijo de los paisanos, la mano maestra del cocinero, en el mismo ferial -Eventos Esperanza-, preparaba condumio para cerca de 900 personas. A la rica paella. Mi recorrido se explica con las siguientes imágenes. Ah, no he recogido todas las mujeres que desfilaron porque... porque me quedé sin batería. Y otra cosa. Las camisetas y mochilas que pinta mi sobrina son una maravilla. Admite encargos.
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