Todo
va peor
(Artículo publicado el domingo, 6 de julio, en diarios de EPI PRESS)
Hace unas
fechas, al día siguiente del estreno en Cuatro de Todo va bien, el de humor tronchante que sólo disfruta –por
contrato- el equipo, y sobre todo los presentadores y arrimados, titulaba esta
columna “Todo va regular” ya que a veces uno se queda con esa impresión del
primer día donde los engranajes están frescos, hay muchos nervios, y a veces
olvidamos desde casa el inmenso trabajo de arrancar un programa en directo, y
diario. Por eso, en vez de soltar lo que me pedía el cuerpo, algo como que todo
iba mal rebajé el tono y se quedó en que todo va regular. Al cabo de los días, más
rodado, me acerco de nuevo y me sigue resultando un fiasco, no me divierte ese
tipo de humor, no me río con las carcajadas estentóreas, y fuera de lugar del
presentador, Xavi Rodríguez.
Lo malo, lo
peor, es que parecida sensación tiene la mayoría del público. Algo no va bien
cuando los refritos de El intermedio,
recordemos que Todo va bien se emite
a la misma hora, hacen más de un diez por ciento de audiencia y el programa en
directo de Cuatro apenas supera el tres. No sé lo que aguantará la cadena estos
pésimos datos, pero o corrigen y enderezan, o el invento se hunde. Llama la
atención, porque siempre hay algo que funciona, que funcione justo lo que no
pasa en el plató sino en la calle. Coco tiene
una sección desternillante dando bromas por teléfono en las que, con cámara
oculta y gracias a un gancho, vemos cómo la vive la víctima. Javier Abascal defiende a la perfección
uno de los clásicos, el reportaje surrealista e hilarante. Pero estos hallazgos
no bastan. En el resultado global, todo va peor.
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