No
parece española
(Artículo publicado el martes, 12 de noviembre, en diarios de EPI)
Con el de
anoche, El tiempo entre costuras
lleva emitidos cuatro capítulos. El primero fue el más flojo. Los demás han ido
ganando en intensidad hasta el punto de hacer que la serie de Antena 3 sea una
de las producciones más destacadas de la ficción española. Hay noches en que se
ponen ante la pantalla más de cinco millones de espectadores pendientes de la, cada día, más refinada y
astuta Sira Quiroga, que a estas alturas sólo podemos imaginar interpretada por
Adriana Ugarte. A ese podio de
artistas destacados hay que subir a Eva
Leira y Yolanda Serrano como
directoras de reparto, que han hecho un
trabajo excelente, trabajo que a veces queda diluido por secciones de la
película más rimbombantes. Por eso, porque a veces también se olvida, destaco
la música de César Benito, que envuelve
la historia con aires de épica grandeza.
El
guión, el montaje, la iluminación, la fotografía, y por supuesto la dirección
de Iñaki Mercero redondean un
producto fascinante y cautivador que ennoblece a un medio que no da muchas
alegrías, como si la calidad sin matices estuviera reñida con esa pantalla. El
resultado de toda esa trama bien urdida es una serie de primera que apenas
descuidó algún detalle. Hasta el personaje, importantísimo, del vecino de Sira,
al que da vida Carlos Santos, tiene
la frescura necesaria pero sin caer en la patochada de hacer de su plumita un
descocado y grotesco mariquita de manual.
Escena de El tiempo entre costuras que recrea un hotel de Tánger en 1937. Todo en la serie tiene un aire de convicción y realidad. |
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