jueves, 14 de junio de 2018

Maldeojos. Adiós, política, adiós


Adiós, política, adiós
(Artículo publicado el domingo, 10 de junio, en diarios del grupo EPI PRESS)

     La semana que entra, con la llegada como un tsunami del Mundial de fútbol, el viento huracanado se llevará por delante el último baluarte, la última trinchera, las únicas horas que Cuatro dedicaba a la política. El griterío de los campos por medio mundo, luchando unos con otros para llevarse el premio a casa, cerrará el pico al griterío de la tertulia, y Las mañanas de Cuatro dirá, adiós, amores, adiós para siempre. Y con el programa se irá Javier Ruiz, un señor íntegro, un periodista cabal, un tipo honesto, un peleón, así que hay que sentirlo y dolerse por la decisión de la cadena. Se quiso vender la burra de que el programa se iba porque el fútbol es un Armagedón que todo lo arrasa, que deja sin aire el aire que le rodea. Pero qué va. Detrás hay razones de empresa. Yo creo, como pasó con su anterior presentador, Jesús Cintora, que incluso puede haber ruido de eso tan tenebroso como el apagado pero incesante roce de pasos sobre las moquetas de este y aquel despacho, como el repiqueteo amortiguado, codificado y negado de teléfonos que suenan a altas horas de la madrugada. Y también, quizá en la misma cota de porque yo lo valgo, porque a Paolo Vasile, que es un maestro Joao del espectáculo, un Rappel que huele el quemado del horno antes de que la dorada se chamusque, ha visto que Cuatro no es cadena para que analistas como Antón Losada, en una esquina del mundo, en la izquierda, o Alfonso Merlos, en la otra, en la derecha a la derecha del padre, se tiren los trastos ideológicos a la cabeza cuando para eso, y con excelencia, ya lo hacen en la misma casa abducidos por los anabolizantes como los maniquíes, con pito o con chichi, de Mujeres y hombres y otros besugos. El eclecticismo televisivo puede tener más o menos cabida en modelos de televisión que no sean el de Mediaset. Pase, quizá por imperativo legal –aunque lo ideológico se lo pase por el negro que los viernes se ponen presentadores como protesta por el servilismo de la dirección del ente ante el Partido Popular-, que TVE tenga una parrilla diversa, y que Atresmedia, sobre todo Antena 3, indague en diferentes formatos para diversificar su oferta, pero Cuatro se ha quitado la careta. Y se deshace de lo que emborrona y desdibuja su perfil de cadena pensada para audiencias, digamos, con espíritu friqui, raro, extravagante, que disfruta con realidades paralelas, con entretenimiento alejado del Parlamento, de la Bolsa, de la religión, o de la cultura.

Ya es mediodía
     Poderes económicos, poderes políticos, intereses económicos, intereses políticos… si lo hemos conseguido o no, juzguen ustedes, decía el otro día Javier Ruiz confirmando que el día 14 se cancelaba para siempre Las mañanas de Cuatro, es decir, que no volvería ni cuando terminara el Mundial. Las mañanas de Cuatro no es menú de audiencia que se pone hasta el cogote con filetes de Los Gipsy King, con encurtidos como el mentado de los hormonados, con vísceras del restaurante de First dates, con chicharrones al corte de Granjero busca esposa o de lomitos a la sal de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? Eso sí, la política sí interesa en Telecinco. Que se quite Elisa Beni o José María Calleja de Cuatro, que la politóloga Belén Esteban analizó en “mi programa”, con la hondura y capacidad deductiva que la caracteriza, la nueva situación con el cambio de presidente y Gobierno. “No quiero que esté Pedro Sánchez de presidente”, dijo. Punto pelota, digo yo. Con la Esteban y cuatro más del club de Ana Rosa, Telecinco va sobrada. No hace falta ni que Sonsoles Ónega se estrelle cuando el viernes estrene Ya es mediodía para combatir a la imbatible La ruleta de la suerte, donde reina a la misma hora en Antena 3 el monarca Jorge Fernández. ¿La audiencia interesada en el chismorreo de personajillos de Supervivientes o el programa de irrealidad de turno en lo de Quintana se va a quedar arrobada con los tertulianos políticos de Ya es mediodía –anda que el nombrecito-? Lo dudo, pero Vasile, el Sandro Rey de Mediaset, sabe del negocio más, mucho más que yo, que no tengo ni idea. A la vista está dedicándome a esto.

Culo y futuro
     Ante panorama tan despejado en la mañana de Cuatro, el que se frota las manos, más, es el ventilador humano Antonio García Ferreras, que se pondrá loquito de contento al quedarse solo como un jabato ante las hordas de la política, qué jugada, qué gran jugada de Paolo Vasile. A los espectadores naturales de Telecinco, criados con tesón y mimo por la cadena con productos de charcutería de zoco medieval, les interesa la política tanto como al tronista de turno la poesía oriental. Eso sí, en el resto del espectro donde el espectáculo puede sobrevivir, incluso en ambientes de toxicidad manifiesta para los no iniciados, está la empresa. Me entero de que el mentado maestro Joao, como vidente, brujo, liante, impostor, sacacuartos, pintamonas, cantamañanas, y un largo etcétera de naderías, adivina el futuro de los Supervivientes leyéndoles las nalgas. Unos leen lo por venir en el poso del café y el Joao este se agarra al culo de los jóvenes y les saca toda la pringue que la decencia televisiva permite. Yo también lo haría, qué puñeta. Si el mercado de la carne está fatal en Supervivientes, me invento lo que haga falta para pillar cacho, eso es política posibilista,… ¿Leen culos en Supervivientes, se preguntaba el maestro Andréu Buenafuente? Eso es televisión, sentenció. Joao dijo de un tal Alejandro Albalá, después de meterle un poquito el dedo en la raja del culo, que tiene culo de emperador, y que se sentará en sillas muy importantes. Está claro, Joao es un crack. Eso es televisión. También lo es el milagro de hacer como que importa lo que diga, haga, piense, sentencie, rumie, excrete, dispare, beba o clame Rosa Benito –en Viva la vida, lo de Toñi Moreno-, que de peluquera de Rocío Jurado dio el triple salto vital al estrellato. Para qué le hace falta la política a Mediaset si tiene en nómina a peluqueras pintureras y a un señor que lee el futuro viendo la forma del culo ajeno.

La guinda
Jalis el enviado
El jueves se emitió en La Sexta el último Enviado especial, que Jalis de la Serna defiende con sobrada capacidad. Toda la temporada ha estado marcada por el común denominador de “viajar al futuro” para saber cómo será viendo lo que ya es realidad en algunos lugares. Como en Estonia, el país más digitalizado del mundo.  Enviado especial demuestra que el periodismo de investigación puede ser muy atractivo.

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