A la calle
(Artículo publicado el sábado, 2 de junio, en diarios del grupo EPI PRESS)
Hasta el último
segundo ha demostrado su desprecio por las formas, su pasotismo personal por lo
institucional a pesar de llenarse la boca, hasta desparramarse por sus barbas,
con palabrería que decía lo contrario. El sillón vacío en su escaño del
Congreso mientras los diputados ultimaban la espuerta para tirar los restos de
detrito acumulados durante tantos años es la imagen que define no sólo a Mariano Rajoy como presidente de
Gobierno sino al partido que lo ha sustentado, un Partido Popular enfangado que
también hasta el último segundo ha pretendido hacernos ver que vive en su
realidad paralela en lo social, económico, judicial, institucional, y político.
Pero se acabó. Por ahora. Si gobernando, el PP ha estado contenido, en la
oposición, también desde ya, desde el segundo cero, el PP será el partido que
adelante, por la extrema derecha para sobrevivir, a un Ciudadanos que va a saber
lo que es ser de derechas.
Con poco que
haga Pedro Sánchez hasta las
elecciones, puede hacer algo que en estos dos días de infarto, de noqueo al
Gobierno, de catatónico desbarajuste en el PP, ha ido demostrando TVE, materia
televisiva de la que estas piezas se nutren, es decir, ha vuelto a ponerse al
servicio de un partido corrompido hasta cotas inimaginables. Ana Blanco, en el especial moción de
censura de La 1, tenía dos ojos abiertos retroalimentándose. Uno en el
Congreso, otro en la Bolsa, usada por los esbirros como arma de canguelo. Es
urgente un nuevo Consejo de Administración en RTVE, y por tanto el relevo de José Antonio Sánchez, nefasto currito
del PP, arrogante, corrupto por manipulador, aunque por esos juegos de la
arquitectura parlamentaria puede darse la paradoja de un PP en la oposición
manejando los hilos de la pública. Pero hoy toca alegría. Rajoy, a la calle.
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