lunes, 14 de agosto de 2017

Maldeojos. Sin plan



Sin plan
(Artículo publicado el martes, 8 de agosto, en diarios de EPI PRESS)

     Anoche, sin que nadie sepa por qué, quizá cosa del calor, quizá desgaste inesperado de la neurona de TVE, La 1 estrenó Lolita tiene un plan. Lolita Flores no me cae mal, lo digo rápido para despejar suspicacias, que un avinagrado comentarista de filias y fobias muy acentuadas como servidor puede atesorar. Abandonó su pertinaz lucha por la vida vendiendo la suya en las revistas de todos los colorines, y se dedicó a otra cosa, como por ejemplo a trabajar, en televisión, en cine, y en teatro. Coño con la Flores, tiene vena de sangre dramática. El Goya a la mejor actriz revelación en 2002 por Rencor, la peli de Miguel Albaladejo puede resumir lo que quiero decir, aunque no me privo de mencionar su Praxágora de La asamblea de las mujeres de Aristófanes, que puso en pie el teatro clásico de Mérida en una actuación, se dice, memorable.

      O sea, que la señora tiene carrera, y madera. Su presencia en televisión con asuntos más banales, ya de jurado, ya imitando a otros, ya de lo que le echen, no añade casi nada, pero tampoco resta. Ahí está la gran Concha Velasco, que ha hecho de todo en la tele, desde su insuperable Teresa de Jesús –ya quisiera Marian Álvarez, que también púsose el hábito pero no la hizo, ni por asomo, monja, llegarle al cuero de sus sandalias- a otros encargos menos luminosos, incluso de mera supervivencia, pero siempre los ha hecho con la dignidad de las grandes. ¿A qué viene tanto rollo, si aún no he hablado de Lolita tiene un plan, que es de lo que trata esta pieza? A dejar claro que el programa de anoche tiene un fallo garrafal, que no es Lolita. Se trata de una espinilla que tenía la pública con En la tuya o en la mía, que presentaba el gañán Norberto Osborne –fobia, está claro-.


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