Plana y gris
(Artículo publicado el jueves, 4 de mayo, en diarios de EPI PRESS)
Un bombón es un
café con leche condensada, dice la aprendiza de camarera a la dueña del bar, Pepa Aniorte –murciana de adopción, Hospital Central, El comisario, o Águila roja-,
que además le pregunta si sabe lo que es un “belmonte”. Sí, dice la aprendiza,
es un bombón con un chorrito de coñac, modalidad cafetera de su tierra, y
seguro que, al estilo de Paco Rabal,
la actriz metió esas morcillas en el guión, quizá para justificar, o quizá como
mero guiño, su acento murcianico en Servir
y proteger, la serie diaria que ha estrenado TVE en su sobremesa. Además de
Pepa están Luisa Martín como una
jefa de la comisaría del barrio donde transcurre la acción, Andrea del Río, Juanjo Artero, Roberto
Álvarez, o Juan José Ballesta,
que no se puede desprender de El bola. El bar, la comisaría, la puerta de la
comisaría, y los vecinos cercanos a la comisaría, con la vida de los propios
policías, es el material con el que se trenza la trama de Servir y proteger.
No me gusta el
nombre. He visto varias entregas. Y no me atrapan. Servir y proteger es una serie, un planteamiento, un rollo, un
decorado, una iluminación, unos diálogos y un tinglado mil veces visto. En los
tiempos de la corrupción rampante, cuando a diario se abren informativos con
ladronzuelos indecentes saliendo de sus madrigueras camino del juzgado o de los
calabozos, salpicando a los más altos estamentos del Estado, esta serie le toma
el pulso costumbrista de una forma plana, sin chispa, y sin tensión, a un
barrio de clase media. Casi nada me cautiva. Ni el fondo ni la forma. Eso sí,
nuestros actores se entregan por entero y defienden como mejor saben el
secarral de una ficción que retrata una realidad de manera trillada y gris.
No hay comentarios:
Publicar un comentario