Espíritu navideño
(Artículo publicado el domingo, 4 de enero, en diarios de EPI PRESS)
Se acaban las
primeras navidades sin crisis, que lo sepáis. Ahora empieza lo bueno. Sin
tonterías. Es como lo de Wyoming
cuando dice que ya conocemos las noticias, pero en El intermedio conoceremos la verdad. Esa entradilla diaria, esa
coletilla de intenciones en el programa de La Sexta pasa desapercibida, como
decía Rocío Jurado, de tanto usarla.
Pero es uno de los mejores saludos para comenzar un programa que conocemos,
igual que era una de las más atrevidas despedidas, por su descaro, la mítica de
Ernesto Sáez de Buruaga cuando decía
que así son las cosas y así se las hemos contado –o manipulado, coletilla que
poníamos quienes jamás nos creímos las trolas de este señor, el mismo que dice
que un periodista nombrado por la derecha en TVE siempre está cuestionado pero
un periodista nombrado por la izquierda “está limpio de polvo y paja”-. A ver,
querido. Un ejemplo de hace unos días. Como el discursito del nuevo rey aún
sigue coleando –como si no hubiera soltado con mucho ahínco de manos una ristra
de obviedades que no van a ningún sitio- La 1 pasó un resumen en el telediario
de Ana Blanco. ¿Cómo cerraron la
información? Hay que tener mucha imaginación y aplomo, y mucha caradura, sin
importarle un truño al “periodista nombrado por la derecha”, para acabar
enlazando la cosa con el discurso de Navidad de la presidenta manchega,
secretaria general del PP. ¿Es que La 1 hizo un resumen de los discursos del
resto de presidentes autonómicos? No. Pero Madam
Cospedal, con su chimeneíta detrás y sus maneras de gran estadista, no es
una presidenta cualquiera. Lo que ella dice interesa a toda España, que lo
sepáis. Pero hala, arriba ese ánimo, que ya queda menos. Inés Ballester, sin salir de La 1, pedía perdón en su tertulia Amigas y conocidas por tener que
abandonar “el espíritu navideño” con una noticia triste. Espíritu navideño.
¿Cuál es el espíritu navideño? ¿El pastelazo televisivo? ¿La ramplonería
periodística? ¿La cursilada y la ñoñería? ¿La repetición de tontunas? ¿La vuelta
del rancio Ramón García a TVE y el escote
de Anne Igartiburu en el balcón de
las uvas y el brindis?
Pues ahí están, dos iconos del fin de año. El tío de la capa representa la vuelta a La 1, en tromba, de la televisión rancia y añeja a la pública. ¿Qué nos quedará por ver?. |
Me cago en ti
Aquí no se acaba
nada. Seguimos en las mismas, con lo mismo y los mismos. Verán, uno creía que
“el espíritu navideño” borraría por unos días algunos temas recurrentes,
algunos personajes de verdad cansinos. Ja. ¿Con quién cenó Nicolás?, se pregunta Nacho
Abad en Espejo público más serio
que Mariano Rajoy felicitando a
nuestras tropas repartidas por el mundo, con su gesto de me importa una mierda
lo que estoy diciendo y os lo digo porque os lo tengo que decir. ¿Con quién
cenó Nicolás?, preguntó este tragaldabas de la información enfatizando el
misterio como si manejara una exclusiva que iba a cambiar la historia, y con
música de la magistral House of cards,
para ensuciar aún más el momento. Con sus abogados, se contestó él mismo. ¿Qué
cenaron? Fue una cena frugal, unas entradas, y luego carne. ¿Cuánto tiempo?
Unas horas ¿Qué les costó la cena? No lo sabemos, pero sí que cada cual pagó su
cuenta y luego se fueron a casa. Escuché aquella catarata de sandeces
sintiéndome imbécil consumiendo ese periodismo de verbena y fuegos de artificio
que se esfuma con el último fogonazo, justo antes de dar paso a otro bloque en
el que, con idéntica pasión periodística, nos hablan de las tristes navidades
de Isabel Pantoja. Está tan triste,
decían las expertas del plató, que se bebe cinco cocacolas al día, apenas come
porque se le cerró el estómago, y abusa del tabaco. Firma la crónica del día Carmen Pardo desde la puerta de la
cárcel. ¿Qué dice a todo esto Paquirrín
cuando se mofan de él, se alegran de ver a su madre en el trullo y le preguntan
si son las peores navidades de su vida? Pues contesta remitiendo a una coplilla
del comediante cubano Álvarez Guedes,
que residió en Miami hasta su muerte en 2013. Es aquella que dice “me cago en
el año viejo, me cago en el año nuevo, me cago en al arbolito, y me cago en
ti”. No tiene desperdicio. Yo sé que Kiko ha llegado a este artista, que luchó
desde el exilio por la llegada de la democracia a su país, atraído por la
mierda y el exabrupto –me cago en ti-, pasando de la lectura desencantada de la
vida y del amor de la letra, pero resume muy bien lo que para muchos es el
espíritu navideño. Me cago en el arbolito… no me digan que no es genial.
(Para los que no conozcáis al cómico cubano. Os dejo un enlace y así os hacéis una idea)
Un país de cuento
Mi espíritu
navideño siempre fue átono, rácano, y distante. Por eso cuando veo los confetis
comprados en los chinos, las risas falsísimas de los presentadores disfrazados
con elegantes imposturas en galas grabadas semanas antes de las uvas, y veo que
alzan sus copas de cava, y que desean
prosperidad en el que año que entra, y veo a los artistas haciendo el
gilipollas siguiendo la música del casete, galas de una calidad pésima, una
puesta en escena falsaria y cutre, me vengo abajo, o arriba, y me reconfirmo.
No formo parte de este circo. No tengo el espíritu navideño tan desarrollado
como para aguantar las majaderías de unos guiones al peso. De nuevo, fue La
Sexta la que marcó con su especial de Nochevieja de El
intermedio la diferencia. Y sí, José
Mota volvió a dibujar una sonrisa en su regreso a La 1 con Un país de cuento, donde no faltó
parodia de Felipe VI ni presencia de
Pablo Iglesias, ni su poquito de
mala leche porque en ese país de cuento no veo yo a un país de ensueño sino al
país falso, mentiroso, que nos vende Rajoy, es decir, un país de embuste,
falaz, de cuento. Pero eso es manía mía, desvarío de alguien que no tiene
espíritu navideño y no sale a la calle a quemar la tarjeta, como decía Matías Prats en su informativo del fin
de semana, y a entramparse unos meses, para comprar como si no hubiera un
mañana. Así que para terminar, sin ánimo de ofensa, acabo con una cita de peso.
Me cago en el año viejo, me cago en el año nuevo, y me cago en el arbolito.
Uno de los momentazos del especial de José Mota. Duelo dialéctico entre Pablo Iglesias y Esperanza Aguirre. Sin desperdicio. Hoy por hoy, en La 1, la única ventana abierta a la crítica social, política, y económica, llega de la mano del humor. En el resto de géneros, sobre el periodístico, que sería lo natural, está vedada. |
La guinda
Conversatorios
Hay en el Canal
24 Horas uno de esos programas raros, decentes y propios de una tele pública
que toma el nombre de un término sudamericano que aquí no usamos, conversatorio
–rueda de prensa, encuentro para hablar de un tema-, y del lugar en que se
graba, Casa de América. De ahí, Conversatorios
en Casa América. El último emitido fue una conversación entre la periodista
Ana Ibáñez y Carmen Posadas. Delicioso.
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