Vergüenza
(Artículo publicado el jueves, 8 de enero, en diarios de EPI PRESS)
La noche de
Reyes en La 1 empezó fuerte, como el heraldo de lo que vendría después. Apuntaba
maneras desde que se inició la retransmisión de la cabalgata por las calles de
Madrid. Sandra Daviú y Roberto Leal con sus comentarios de
gacha y miel, como si se dirigieran a zumbados en vez de a gente con cabeza, brillaron
comparados con lo que nos esperaba enseguida. El Telediario, fiel a su irrenunciable apuesta por el agravio y la
afrenta, volvió a hacer referencia, en conexión directa, a la cabalgata y a sus
majestades, y hasta hubo tiempo de escuchar las sandeces del señor disfrazado
de Melchor. Una tele pública no merece tanto despropósito. Pero lo gordo
vendría luego, después del especial de Los Morancos. Me esperaba lo peor con
sólo saber el nombre del programa, Reyes
y estrellas. Y no me defraudó.
Infame es poco
para definir ese truño. Lean. Contó con Carlos
Lozano, con Mar Saura repeinada
como lo hacía hace décadas Loreto
Valverde, contó con Luis Rollán,
señor abducido por los rayos uva con cara de repipi altivo, contó con niños
repipis sacados de concursos horteras de la tele, contó con escenografías
bochornosas y ballets delirantes, con músicas de mentirijilla, y hasta con su
Baltasar pintorreado de betún, como quiere el gilipollas del mes Juan Manuel de Prada, que dice que los
que pidan negros de verdad para las cabalgatas se lleven a sus casas a los que
saltan la valla. Qué malo este católico de pedernal, coño. Reyes y estrellas contó hasta con su Paquirrín. Y para demostrar que era una gala para los niños, el
insulto y la provocación acabó a las 2’30 de la madrugada. La culpa no es de José Luis Moreno, es de quien lo llama.
Una imagen de la gala Reyes y estrellas, que firmó José Luis Moreno para La 1. Era una gala pensada, sobre todo, para el público infantil, pero hasta eso fue un despropósito. No sólo no eran contenidos adecuados para los nenes, por mucho que salpicaran el guión con actuaciones de niños prodigio salidos de programas de televisión, sino que la cosa acabó sobre las 2'30 de la madrugada. |
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