Sopa de necios
(Artículo publicado el sábado, 25 de julio, en diarios de EPI PRESS)
Volvió, contra
todo sentido de la sensatez, Sopa de
gansos, un programa necio que no triunfó antes ni lo hará ahora. Cuatro se
empecina en algunas apuestas que sólo le han dado sufrimiento. Sopa de gansos es la sopa tonta que tuvieron
que retirar de antena por su notable irrelevancia. La hacían los mismos que
tratan de revivirla ahora, la pareja que se pasa todo el programa haciendo como
que se divierte pero en casa sólo ve uno a un cansino Florentino Fernández de gestos autómatas y al otro, a Dani Martínez y sus descacharrantes
simplezas que en vez de risa te provocan una sensación de ridículo muy desagradable.
Sopa de gansos se retiró a principio
de año porque la competencia dejó su audiencia a ras de suelo. El programa no
ha pasado por el taller, es decir, que lo que se va a emitir es lo que no se
emitió en su día.
Se dijo que Sopa de gansos es una reescritura del
concepto de comedia, de espectáculo. Y no, no señores. Es una estúpida y
repetida concepción del entretenimiento. Magia de risa, monólogos de toda la
vida –este jueves, el del estreno, con Nancho
Novo, Raúl Cimas, María “La Vikinga”, Goyo Giménez, o Fernando
Esteso- y lo dicho, el par de insufribles presentadores, cuya presencia no
se justifica se mire por donde se mire. El concepto de programa es antiguo, y
el intento de hacerlo distinto, patético. Seguro que esta vez, aprovechando la
impunidad del verano, Cuatro emite los programas grabados para quitarse de
encima el engendro y aliviar su almacén. La audiencia, ajena, volvió a mirar para
otro sitio. Sin importarle lo más mínimo lo que hagan esos tipos tan necios.
Fijénse. Fíjense en el gesto de Florentino Fernández. Mola, ¿eh?. Es verlo y a uno le entra la risa, y enseguida sabe, y reconoce, que está ante un programa para mondarse... de la risa. Fijémonos en el otro pavo, Dani Martínez. Jo. Es que me parto. Este se pone serio, pero qué va, el tío es otro cachondo, y de hecho se hacen llamar gansos porque su programa es, cómo decirlo, de gansadas y así. ¿Pero qué pasa cuando todas estas posturitas para la foto no son nada, no simbolizan nada, no dicen nada? Pues que los gansos se convierten en necios Y dan mucha penita. |
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