Teresa y lo
viejo
(Artículo publicado el jueves, 14 de julio, en diarios de EPI PRESS)
Podría haber
vuelto con un programa bueno, pero no, Teresa
Viejo ha vuelto a la tele, a TVE nada menos, con un programa viejo,
superado, que huele a polvo de armario que no se ventiló, ha vuelto con un
programa que hace de los sentimientos una herramienta mal manejada y de las
emociones el truco del mal ilusionista que se queda en lo fácil. La 1 lo ha
vuelto a hacer. ¿A cuento de qué estrena una cosa llamada Dime qué fue de ti. No se
equivoca, es una vuelta de tuerca al programa que hace décadas lo petaba el
señor Paco Lobatón, el Google de la
década del 90 del siglo pasado, fíjese por dónde van los tiros. Gente que
pierde contacto con gente y quiere recuperarla. Lo que hoy, a poco que te
espabiles, te hace Facebook.
La historia del
pintor portugués Joao Ferreira, que
encabezó una de las historias del primer programa, resume y retrata al mismo,
la bajeza con la que el equipo lía, engaña y hace que viaje de Lisboa a Madrid
creyendo que lo llaman por ser pintor, hasta que las malas artes de la
presentadora van llevando la conversación hacia su verdadero interés, que el
hombre se reúna con una de sus hijas de la que hace años no tiene noticia, algo
así como se guía a un ratoncito hacia el queso antes de que la trampa lo atrape
y ya no pueda huir. El programa tiene buena factura, esmerada banda musical, un
poco al estilo de Mi casa es la tuya,
de la que bebe en estética, pero es una putada que el buen equipo que hace Dime qué fue de ti esté al servicio de
algo tan truculento. Menos mal que se emite pasada la media noche, cuando el
lunes ya es martes. En fin, televisión vieja con aspecto de nueva.